Talvez tendría que escribir esto en mi diario, pero el paso del tiempo ha hecho que no recuerde donde lo escondí por miedo a dejar al descubierto mis temores. Y ahora, sin embargo, no me queda más remedio que hacerlo.
Tengo dudas. Puede que no sirva para lo que siempre he soñado, y probablemente tengo una idea quivocada acerca de aquello a lo que siempre he querido dedicarme: el periodismo.
Hoy, por primera vez, he publicado un pequeño artículo en un diario de tirada nacional. Mi primer artículo firmado. Con mi nombre y apellido. Era tal la ilusión de ver llegar ese día al que por fin he alcanzado, que creo que olvidé hacerme algunas preguntas que no pronuncié antes por miedo a darme la razón. Ésta ha sido mi primera pieza formal pero... ¿y si es la última?
Dicen que cada cual tiende a mangificar sus propios defectos, y que las virtudes suelen pasar desapercibidas cuando las posee uno mismo. Pero, sinceramente, no sé si sirvo para el periodismo. Talvez no haya sido más que una equivocación escoger este camino. Quizá no vuelva a tener una oportunidad como ésta para demostrar "que valgo". Y ahí reside el principal problema: que no sé si estoy hecha para el periodismo. Tengo claro que quiero dedicarme a ello, pero a lo mejor él no me quiere en su mundo.
Sé que soy yo la primera que debe creer en mí misma, y no lo hago. Quizá porque realmente no sirvo. El tiempo lo dirá.
Tengo dudas. Puede que no sirva para lo que siempre he soñado, y probablemente tengo una idea quivocada acerca de aquello a lo que siempre he querido dedicarme: el periodismo.
Hoy, por primera vez, he publicado un pequeño artículo en un diario de tirada nacional. Mi primer artículo firmado. Con mi nombre y apellido. Era tal la ilusión de ver llegar ese día al que por fin he alcanzado, que creo que olvidé hacerme algunas preguntas que no pronuncié antes por miedo a darme la razón. Ésta ha sido mi primera pieza formal pero... ¿y si es la última?
Dicen que cada cual tiende a mangificar sus propios defectos, y que las virtudes suelen pasar desapercibidas cuando las posee uno mismo. Pero, sinceramente, no sé si sirvo para el periodismo. Talvez no haya sido más que una equivocación escoger este camino. Quizá no vuelva a tener una oportunidad como ésta para demostrar "que valgo". Y ahí reside el principal problema: que no sé si estoy hecha para el periodismo. Tengo claro que quiero dedicarme a ello, pero a lo mejor él no me quiere en su mundo.
Sé que soy yo la primera que debe creer en mí misma, y no lo hago. Quizá porque realmente no sirvo. El tiempo lo dirá.
1 comentario:
Y si fuese la última... qué importa, el conocer la sensación que produce, aunque después se pierda, es genial! O tal vez eso mismo nos haga luchar como locos para no dejarlo ir. No crees?
Saludos desde donde el sol aún está por caer.
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