Mostrando entradas con la etiqueta acción. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta acción. Mostrar todas las entradas

¿Cómo lograr lo que quiero? 3 claves para desafiar a "la gran epidemia del siglo XXI"

Algunos de llaman el famoso "mañana empiezo".

Para otros es pereza, falta de tiempo y desmotivación.

Pero su nombre oficial es procrastinación, un ladrón del tiempo que te obliga a posponer las tareas verdaderamente importantes dejándolas siempre para más adelante.

Y entre sus muchas consecuencias está limitarte para que no puedas lograr todo lo que deseas, convencerte para que no tomes acción y evitar que te conviertas en la persona que siempre quisiste ser.

La procrastinación es, sin duda, la gran epidemia del siglo XXI.

Y si quieres convertirte en la persona que logra sus metas necesitas alejarla de tu vida cuánto antes.

¿Cómo? Enseguida te comparto una receta con 3 ingredientes que a mí me funcionan muy bien y que te ayudarán a vencer ese mal hábito de dejar todo para después.

 3 consejos para dejar de posponer y lograr todas tus metas

¿Sabías que se calcula que solo en Estados Unidos un 25% de las horas del día se pierden por culpa de la procrastinación?

Y no solo eso sino que 9 de cada 10 personas en todo el mundo tienen ese mal hábito de ir posponiendo las tareas y actividades importantes para más adelante; un eterno más adelante que nunca llega a convertirse en presente. Y si lo hace es para cargarte de ansiedad, frustración y estrés.

Y te estarás preguntando: ¿cómo vencer este hábito nocivo que perturba tus días y comenzar a caminar con paso firme hacia tus metas?

En primer lugar necesitas práctica, constancia y, sobre todo, acción.

No importa si entre tus objetivos están encontrar un trabajo mejor, crear tu propio negocio, adelgazar o hacer deporte.

Yo siempre uso estos 3 consejos que te comparto aquí abajo y que, si los sigues, te ayudarán a tener una vida mucho más feliz lejos de la postergación y llena de metas cumplidas.

1. Programa tu día y visualízalo

El primer paso para vencer la procrastinación está en programar tu día.

Piensa que con las metas ocurre como con el deporte: para lograr resultados tienes que entrenar.

¿Cómo? Con ejercicios de calentamiento y de preparación que te ayuden a concentrarte mejor, a incrementar tu intensidad y a acercarte a los resultados que buscas.

Algo que funciona muy bien es escribir en una libreta -o en tu agenda- todo lo que quieres hacer el día siguiente (puedes escribirlo antes de acostarte o el mismo día por la mañana... Aunque a mí me funciona muy bien escribirlo el día anterior para despertarme con la mente enfocada en mis objetivos).

Pero no escribas solo las obligaciones, sino que incluye alguna tarea pesada que deberías haber hecho, otras acciones relacionadas con tus metas y reserva algún tiempo para dedicártelo a ti.

Después, cuando vayas a comenzar tu día, tómate unos minutos para visualizar con todo lujo de detalle cómo quieres que sea el día que tienes por delante: recréate en las sensaciones, emociones, sonidos, aromas... Cuanto más real sea, muchísimo mejor.

Si tienes en mente qué quieres lograr, te tomas unos minutos para repasar mentalmente tu día y crearlo por adelantado los resultados te van a sorprender! Es increíble lo que somos capaces de hacer cuando nos los proponemos ;)

Y si tienes miedo de fracasar recuérdate que unas veces se gana y otras se aprende.

2. "Divide y multiplicarás"

Muchas de las personas que posponen a diario lo hacen porque creen que esa tarea les queda grande, porque les produce ansiedad llevarla a cabo o porque les parece una tarea que creen que no van a poder terminar.

La clave para que no te ocurra nada de eso está en dividir la tarea en pequeños pedazos y comenzar poco a poco. Ya sabes: un camino de mil millas comienza con un paso.

Es verdad que eso es algo que en el fondo todos sabemos... Pero muy pocas personas lo aplican.

Así que a partir de hoy, cuando quieras ponerte a hacer esa actividad que hace tiempo que pospones simplemente comienza y avanza aunque sea un poco.

Porque no hay mejor manera de vencer un mal hábito que sustituirlo por otros pequeños hábitos que te hagan sentir bien. Y dedicar aunque sea media hora por día a esa tarea es un gran avance.

Cuando programes tu día, ten eso en cuenta!

El primer te día te costará un poco pero verás que cuanto más constante seas mejores resultados vas a tener.

3. Aprende a tomar más y mejores decisiones

La indecisión y el miedo a tomar decisiones también son unos de los motivos que te obligan a dejar todo para más adelante.

Si tienes miedo a tomar decisiones o te pierdes pensando en cuál es la mejor manera de hacer las cosas sigue estos dos consejos:

- No te fies de tu pasado.
La mayoría de las veces evitamos hacer algo nuevo porque en el pasado cometimos algún error o sufrimos alguna decepción, y ahora queremos evitar esa sensación de nuevo.
Así que antes de tomar una decisión pregúntate: ¿Qué es lo peor que puede pasar? 
Te darás cuenta que tus miedos solo están en tu cabeza.

- Sé optimista. 
Solo existen dos formas de ver la vida: o el vaso está medio lleno o está medio vacío.
El 99% de las cosas por las que te preocupas nunca llegaron a pasar... ¿No es esto una prueba de que tus pensamientos te pueden jugar malas pasadas, limitarte e impedirte lograr lo que deseas?
Pero también pueden ayudarte a todo lo demás, así que ya que tienes que pensar hazlo en positivo, confía en ti, ten fe y resérvate unos minutos para calmar tu mente de tanto ruido.

Ahora ya sabes qué hacer para dejar a un lado la inacción e ir hacia tus metas... ¡Así que a por ello!

Ah... Y antes de decidir qué hacer con estos 3 consejos y por dónde comenzar piensa que quedarte pensando cómo hacer las cosas sin hacerlas también es una decisión, solo que en este caso quizás los resultados no sean los que buscas!

Si tú quieres, puedes... Así que comienza aunque sea despacio :)

Ahora




El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He aquí por qué se nos escapa el presente.- Gustave Flaubert, escritor francés.

Dijo John Lennon que que Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora. En realidad, la inmensa mayoría hacemos eso: pasamos la mayor parte de nuestro tiempo recordando el pasado y haciendo planes de futuro, olvidando que la magia de la vida está en el presente.

Damos demasiada importancia al ayer. Nos centramos en viejos recuerdos que no queremos olvidar; en historias que nos hicieron sufrir; en personas que un día tuvimos cerca; en los años de escuela, instituto o universidad; en nuestro primer -y a veces único- amor; en amigos a quienes perdimos la pista; en qué hubiera pasado si hubiésemos escogido otro camino, si nos hubiéramos dejado llevar por nuestro instinto, si en lugar de un 'no' hubiésemos dicho un 'sí'... Sin darnos cuenta, gastamos parte de nuestro presente pensando en el pasado.

Pero para contrarrestarlo, existe el futuro. Así que también optamos para dedicar nuestro presente a pensar en lo que haremos más adelante. Y, por supuesto, no nos faltan ideas: más adelante estudiaremos una nueva carrera; aprenderemos inglés, alemán, chino o ruso; escribiremos un libro; llamaremos a ese amigo/a de hace años; nos cuidaremos más, comeremos mejor y haremos algo de ejercicio; viajaremos a la India, New York o Kenia; nos compraremos una casa mejor, un coche mejor, y todo eso trabajando más y mejor... Y como tenemos tan claro lo que haremos en el futuro, dejamos pasar el presente tranquilamente porque lo que nos importa de verdad es lo que está por llegar. Ya lo haremos más adelante. Pero, por supuesto, nunca llegará el momento ideal mientras nuestro principal actividad sea sentarnos a esperar.

Nuestro principal problema es que lo dejamos todo para más adelante, sin darnos cuenta que el futuro siempre será futuro, igual que el pasado ya es parte del ayer. Así que el único momento que de verdad existe, que de verdad influye en nosotros, es el presente. El ahora. Porque es ahora cuando podemos decidir qué hacer con nuestra vida y, por tanto, marcarnos metas y ponernos en el punto de partida. Es ahora cuando podemos empezar a comer mejor, llamar a esa amiga, empezar a fijarnos cuál es la casa de nuestros sueños, organizar ese viaje, decirle a esa persona cuánto la queremos y cuánto nos ha importado siempre...

Soñar está muy bien; es más, bajo mi punto de vista es necesario para saber que si nuestra mente lo imagina nosotros lo podemos alcanzar, pero no hay que soñar pensando que todo llegará solo. Porque los sueños solo sirven si detrás de ellos hay alguien dispuesto a cumplirlos. Y, para ello, hay que aprender del pasado como lo que es, y aprovechar cada segundo del presente para que cuando pensemos en el futuro lo que nos quede por desear ya esté en marcha ahora. Porque las grandes elecciones se toman ahora, los grandes planes de toman ahora, y nuestra vida solo existe ahora. Así ahora es un buen momento para aprovechar esa oportunidad y empezar a andar hacia nuestras metas.