"Sin Piedad"
Muchos trabajos para el puente... Pero sobretodo uno que me lleva de cabeza: La memoria de prácticas; un trabajito de 40-50 págs. sobre las prácticas que hice en una revista este verano y que tendré que exponer en enero delante de un tribunal de mi uni. ¿Ganas de empezar a trabajar en esto? Ningunas. Por eso intento distraerme con cualquier cosa. Recuerdo aún las vueltas que daba un insecto pocos centímetros más allá de mi ventana. En fin...
Estaba viendo este mediodía las noticias -entre anuncio y anuncio- cuando me di cuenta de que había empezado una película ambientada en los tiempos del Oeste, donde el color en la pequeña pantalla denotaba que era uno de esos films antiguos, ideales para ver los domingos por la tarde, cuando el tiempo le cae a uno encima. Películas que, por cierto, intento evitar. Bufff... -pensé- Vaya tarde que me espera. Pero cualquier cosa era mejor que empezar a trabajar en la memoria. La veré un rato me he dicho. Pues bien, dos horas tumbada frente al televisor, sin apenas pestañear. Me equivoqué con la primera impresión de la película, titulada Sin Piedad. Ambientada a principios de siglo, pero que me apresuraría a comparar con la justicia de hoy...
Breve Sinopsis
Myrl Redding -papel interpretado por John Cusack- es un trata de un tratante de caballos que no tiene otro remedio que ir a una subhasta de caballos para vender a los suyos y así poder sacar adelante a su familia. El que podríamos definir como "al matón" del Estado de Wyoming, un tal Ballard -interpretado por L.Q. Jones-, posee cada vez más terrenos, dentro de los cuales decide imponer un 'impuesto' de 10$ a todo aquel quien quiera cruzar por sus tierras. Redding, quien no tiene dinero y se ve obligado a pasar por allí para continuar con su viaje, deja a dos de sus sementales como 'fianza' y pacta que, cuando vuelva de la subhasta, pagará con sus 10$ y se llevará así los dos sementales que ha dejado en manos de Ballard. Cuando vuelve la realidad es distinta... Los caballos han sido maltratados y Ballard lo niega. Intentan matar a un indio amigo de Redding por el simple hecho de ser indio... Nada, en fin, ya os podéis imaginar: El típico honrado que no hace daño a nadie contra el típico poderoso que tiene contactos en todas partes. Por no decir más, el juez del pueblo tiene acciones en sus tierras. Redding reclama que se le devuelvan sus caballos en buen estado, ya que han sido forzados a realizar cargas pesadas. Ballard se ríe en su cara. Nadie le hace caso, e incluso desestiman la demanda de acusación. Lo ignoran, literalmente. EAdemás matan a su mujer e intentan acabar con los dos amigos de Redding. "Trabajos" hechos por los hombres de Ballard y que nadie juzga. Es entonces cuando, ya por orgullo, Redding decide tomarse la justicia por su mano. Monta un ejército con gente del puebo y van en busca de Ballard y sus hombres para que sean juzgados y, concretamente Ballard, obligado a realizar labores con los sementales para devolvérselos a Redding en el estado en que los dejó. Se inicia, aquí, una trama de violencia que recupera el género de la época. Mueren dos personas más: una en manos de Redding -y en defensa propia- y otra a quien él no mata pero que en cambio se le acusa. En fin, se celebra un juicio en el estado de Wyoming -dado que en el territorio de Redding nadie quiere hacerse cargo- y se condena a Ballard a realizar los trabajos a los cuales se refería Redding en su demanda. De los asesinatos cometidos por Ballard y sus hombres nadie habla. A Redding lo condenan por la muerte que no cometió. Ballard = dos años de cárcel. Redding= pena de muerte. Su vida por la de otro a quien no mató. Incluso el juez sabe que no es culpable, pero el jurado popular -presidido por un incompetente a quien el juez hecha cuentas después- lo dictamina como culpable. Muere ahorcado. Ballard queda libre. Continua con sus impuestos. El hijo de Redding queda huérfano. Pero con los dos sementales a los que Redding, poco antes de morir, le prohíbe vender por una cuestión de orgullo.
Trasladémonos al presente
Sí, la peli me ha dejado "tocada", pero es que no es para menos. Y es que, a parte de recomendárosla, pues tiene cierto parecido con el presente. Se me ocurren muchos casos: Michael Jackson (aquí me frena el "not guilty"), Farruquito, y muchísimos políticos no juzgados o excarcelados. En todos estos casos la fama influye. La justicia, de naturaleza imparcial, deja de serlo por las fuertes presiones que recibe o simplemente porque se trata de un personaje popular o fuerte. Por miedo o por gusto -así de simple lo definiría yo- la justicia se toma a ella misma por su cuenta. Como si de un juego se tratase, jueces y fiscales -algunos, QUE NO TODOS- se toman la justicia como un juego, en el que hoy muere uno y mañana se salva otro. Da igual si este último era culpable. O viceversa.
¿Dónde llegaremos?
No importa si en españa llevamos cerca de 50 muertes por violencia de género en lo que va de año. Menos importa aún que esas mujeres encontraran la muerte un fatídico día, seguramente el mismo en que pensaban ir a poner otra denuncia más. ¿Cuántas debían acumular ya... veinte denuncias? Cuarenta? Sesenta? Quien sabe. El caso es que a los encargados que impartir justicia les da igual. O si no, ¿que me decís del juez que absolvió a un violador sólo porque la chica violada llevaba falda y, según palabras del juez en cuestión, "era la chica la que se lo buscó por ir provocando"? En fin, los años pasan, la justicia promete, pero no avanza. Seguimos igual que en tiempos del oeste, aunque suene a risa y de pena reconocerlo.
¿Qué hay también de los genocidios de Argentina durante la dictadura? Las muertes de Juárez... Miles de mujeres asesinadas, jóvenes desaparecidos. Miles de culpables. y todos sin recibir la llamada de la justicia. Esta, en este caso, sigue actuando por tu cuenta. Sin darse cuenta que, vaga la redundancia, está siendo injusta.
La invasión en Irak, el 11-M, los asesinatos por violencia de género, los supuestos abusos de Michael Jackson, el atropello de Farruquito, los asesinos de sandra Palo, de Jokin, el acoso escolar... Innumerables casos. Desde los más internacionales hasta los más concretos. La justicia siempre está ahí... Sí, sí... De estar siempre está. Falta que actúe y que sea justa. Cosa que raras veces suele pasar. Y sé de lo que hablo.
Por eso, Sin Piedad
Si nos ponemos una tarde de domingo a ver una peli cuando tendríamos miles que cosas más que hacer... Esto es lo que pasa. Con la tontería... 5h perdidas de la memoria de prácticas. Dos y media en la peli y otras 2 y media en este texto... hay que ver lo que da de sí una peli!! Pero es que aunque nos quieran hacer creer que evolucionamos... En realidad retrocedemos. O simplemente avanzan los más ricos, poderosos. La justicia seguirá estando siempre. Al menos por lo que al término se refiere. En la práctica no estoy tan segura de que sea así.
Muchos trabajos para el puente... Pero sobretodo uno que me lleva de cabeza: La memoria de prácticas; un trabajito de 40-50 págs. sobre las prácticas que hice en una revista este verano y que tendré que exponer en enero delante de un tribunal de mi uni. ¿Ganas de empezar a trabajar en esto? Ningunas. Por eso intento distraerme con cualquier cosa. Recuerdo aún las vueltas que daba un insecto pocos centímetros más allá de mi ventana. En fin...
Estaba viendo este mediodía las noticias -entre anuncio y anuncio- cuando me di cuenta de que había empezado una película ambientada en los tiempos del Oeste, donde el color en la pequeña pantalla denotaba que era uno de esos films antiguos, ideales para ver los domingos por la tarde, cuando el tiempo le cae a uno encima. Películas que, por cierto, intento evitar. Bufff... -pensé- Vaya tarde que me espera. Pero cualquier cosa era mejor que empezar a trabajar en la memoria. La veré un rato me he dicho. Pues bien, dos horas tumbada frente al televisor, sin apenas pestañear. Me equivoqué con la primera impresión de la película, titulada Sin Piedad. Ambientada a principios de siglo, pero que me apresuraría a comparar con la justicia de hoy...
Breve Sinopsis
Myrl Redding -papel interpretado por John Cusack- es un trata de un tratante de caballos que no tiene otro remedio que ir a una subhasta de caballos para vender a los suyos y así poder sacar adelante a su familia. El que podríamos definir como "al matón" del Estado de Wyoming, un tal Ballard -interpretado por L.Q. Jones-, posee cada vez más terrenos, dentro de los cuales decide imponer un 'impuesto' de 10$ a todo aquel quien quiera cruzar por sus tierras. Redding, quien no tiene dinero y se ve obligado a pasar por allí para continuar con su viaje, deja a dos de sus sementales como 'fianza' y pacta que, cuando vuelva de la subhasta, pagará con sus 10$ y se llevará así los dos sementales que ha dejado en manos de Ballard. Cuando vuelve la realidad es distinta... Los caballos han sido maltratados y Ballard lo niega. Intentan matar a un indio amigo de Redding por el simple hecho de ser indio... Nada, en fin, ya os podéis imaginar: El típico honrado que no hace daño a nadie contra el típico poderoso que tiene contactos en todas partes. Por no decir más, el juez del pueblo tiene acciones en sus tierras. Redding reclama que se le devuelvan sus caballos en buen estado, ya que han sido forzados a realizar cargas pesadas. Ballard se ríe en su cara. Nadie le hace caso, e incluso desestiman la demanda de acusación. Lo ignoran, literalmente. EAdemás matan a su mujer e intentan acabar con los dos amigos de Redding. "Trabajos" hechos por los hombres de Ballard y que nadie juzga. Es entonces cuando, ya por orgullo, Redding decide tomarse la justicia por su mano. Monta un ejército con gente del puebo y van en busca de Ballard y sus hombres para que sean juzgados y, concretamente Ballard, obligado a realizar labores con los sementales para devolvérselos a Redding en el estado en que los dejó. Se inicia, aquí, una trama de violencia que recupera el género de la época. Mueren dos personas más: una en manos de Redding -y en defensa propia- y otra a quien él no mata pero que en cambio se le acusa. En fin, se celebra un juicio en el estado de Wyoming -dado que en el territorio de Redding nadie quiere hacerse cargo- y se condena a Ballard a realizar los trabajos a los cuales se refería Redding en su demanda. De los asesinatos cometidos por Ballard y sus hombres nadie habla. A Redding lo condenan por la muerte que no cometió. Ballard = dos años de cárcel. Redding= pena de muerte. Su vida por la de otro a quien no mató. Incluso el juez sabe que no es culpable, pero el jurado popular -presidido por un incompetente a quien el juez hecha cuentas después- lo dictamina como culpable. Muere ahorcado. Ballard queda libre. Continua con sus impuestos. El hijo de Redding queda huérfano. Pero con los dos sementales a los que Redding, poco antes de morir, le prohíbe vender por una cuestión de orgullo.
Trasladémonos al presente
Sí, la peli me ha dejado "tocada", pero es que no es para menos. Y es que, a parte de recomendárosla, pues tiene cierto parecido con el presente. Se me ocurren muchos casos: Michael Jackson (aquí me frena el "not guilty"), Farruquito, y muchísimos políticos no juzgados o excarcelados. En todos estos casos la fama influye. La justicia, de naturaleza imparcial, deja de serlo por las fuertes presiones que recibe o simplemente porque se trata de un personaje popular o fuerte. Por miedo o por gusto -así de simple lo definiría yo- la justicia se toma a ella misma por su cuenta. Como si de un juego se tratase, jueces y fiscales -algunos, QUE NO TODOS- se toman la justicia como un juego, en el que hoy muere uno y mañana se salva otro. Da igual si este último era culpable. O viceversa.
¿Dónde llegaremos?
No importa si en españa llevamos cerca de 50 muertes por violencia de género en lo que va de año. Menos importa aún que esas mujeres encontraran la muerte un fatídico día, seguramente el mismo en que pensaban ir a poner otra denuncia más. ¿Cuántas debían acumular ya... veinte denuncias? Cuarenta? Sesenta? Quien sabe. El caso es que a los encargados que impartir justicia les da igual. O si no, ¿que me decís del juez que absolvió a un violador sólo porque la chica violada llevaba falda y, según palabras del juez en cuestión, "era la chica la que se lo buscó por ir provocando"? En fin, los años pasan, la justicia promete, pero no avanza. Seguimos igual que en tiempos del oeste, aunque suene a risa y de pena reconocerlo.
¿Qué hay también de los genocidios de Argentina durante la dictadura? Las muertes de Juárez... Miles de mujeres asesinadas, jóvenes desaparecidos. Miles de culpables. y todos sin recibir la llamada de la justicia. Esta, en este caso, sigue actuando por tu cuenta. Sin darse cuenta que, vaga la redundancia, está siendo injusta.
La invasión en Irak, el 11-M, los asesinatos por violencia de género, los supuestos abusos de Michael Jackson, el atropello de Farruquito, los asesinos de sandra Palo, de Jokin, el acoso escolar... Innumerables casos. Desde los más internacionales hasta los más concretos. La justicia siempre está ahí... Sí, sí... De estar siempre está. Falta que actúe y que sea justa. Cosa que raras veces suele pasar. Y sé de lo que hablo.
Por eso, Sin Piedad
Si nos ponemos una tarde de domingo a ver una peli cuando tendríamos miles que cosas más que hacer... Esto es lo que pasa. Con la tontería... 5h perdidas de la memoria de prácticas. Dos y media en la peli y otras 2 y media en este texto... hay que ver lo que da de sí una peli!! Pero es que aunque nos quieran hacer creer que evolucionamos... En realidad retrocedemos. O simplemente avanzan los más ricos, poderosos. La justicia seguirá estando siempre. Al menos por lo que al término se refiere. En la práctica no estoy tan segura de que sea así.
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