
Una vez más esperé, pensé, pero no hice nada. No reaccioné a tiempo. No fui capaz, y no lo entiendo. Era difícil, pero quizá hubiera salido bien. Yo qué sé... He perdido algo por no decir en su momento lo que sentía, lo que me hacía sentir. Talvez se hubiera marchado sin apenas mirarme. O talvez se hubiera quedado. Jamás lo sabré; es demasiado tarde.
Me gustaría preguntarle en la distancia si sentía algo. Pero en la distancia. Para evitar tener que descifrar la respuesta en su mirada. En el fondo sé que no sabía nada. Pero tampoco quería. Las cosas estaban bien como estaban... Para todos. Excepto para mí. Necesitaba decirle algo que sé que acabaría con aquel espejismo con el que llevaba meses soñando.
Ahora sí, está claro. Ella no lo sabía... Yo tampoco. O talvez sí... Pero era mejor pensar que no. Congelar ese momento. Dejarlo todo entre recuerdos. Y dejarlo como está.
Ahora empieza otra etapa. Vacía, sin nada.
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