Eres mi luz, pero al mismo tiempo mi sombra.
Eres mi sonrisa, y a la vez la lágrima que resbala por mi mejilla.
Eres seguridad, y a su torno indecisión.
En mis ojos eres firmeza, en mi corazón…
En mi corazón debilidad.
Ante mí eres gigante. Ante el mundo te empequeñeces.
Eres dulce en ocasiones, pero tus palabras amargas como el sufrimiento.
Eres apasionado como el fuego, pero a la vez frío como el hielo.
En mi razón eres único, en mi corazón…
En mi corazón simplemente eres TÚ.
Eres sensible ante mi cuerpo, pero duro ante los problemas.
Eres sabio en ocasiones, pero tenaz ante la vida.
Eres consistente sin cesar, pero frágil como el cristal.
Eres alegría de cara a la vida, pero ante mí…
Ante mí eres dolor.
Eres agua cristalina, y a la vez una turbia tempestad.
Eres la súplica que me enternece,
Pero a la vez el perdón que se hace esperar.
Eres el viento que sopla con fuerza,
Sin dejar de ser la razón de mi existencia.
Eres todo para mí. Y a la vez eres nada.
Eres mi motivo de vivir. Y a la vez mi causa por morir.
Eres como un reloj de arena…
Conviertes en polvo mis sentimientos.
Eres como la luz del alba…
Cambias por completo la visión a cada instante.
Eres…
Eres TÚ. La razón de mis líneas, el aire de un suspiro.
La imagen que vislumbro al intentar creer que no te veo.